Dirección Francis Ford Coppola
Producción Albert S. Ruddy
Guion Mario Puzo
Francis Ford Coppola
Robert Towne (sin acreditar)
(basado en la novela de Puzo)
Música Nino Rota
Carmine Coppola
Fotografía Gordon Willis
Montaje Williams Reynolds
Peter Zinner
Reparto Marlon Brando
Al Pacino
James Caan
Richard S. Castellano
Robert Duvall
Sterling Hayden
John Marley
Richard Conte
Al Lettieri
Richard Bright
Talia Shire
John Cazale
Abe Vigoda
Diane Keaton
Datos y cifras
País(es) Estados Unidos
Año 1972
Género Gángsters
Drama
Duración 175 minutos
Gran película.
ResponderEliminarLa he visto esta semana, y hay infinidad de detalles de los que no me acordaba...
Primera sorpesa, el tono de voz de Marlon Brando... que raro se me ha hecho oirlo!
Grandes momentos de la peli, la transformación de Michael, la boda con la escena inicial del enterrador... no tiene precio, la escena del hospital, cuando no hay guardaespaldas y Michael y el pastelero hacen como que son matones, pero sobre todo, la escena que no recordaba y me ha parecido magistral, la escena final, con la pregunta de la mujer a Michael ya nuevo Don, la respuesta con cara de sinceridad, y vuelta al despacho a hacer negocios y como se cierra la puerta. Esa puerta, cuanto simbolismo...
El día 29 de febrero, en los cines Olite, El padrino II, no me la pierdo.
Pues sí, hay escenas memorables en esta película.
ResponderEliminarAdemás de las que has nombrado, creo que la que más me gusta es la de la cabeza del caballo. Ahí ya ves cómo se las gastan los protagonistas para persuadir a la gente a hacer lo que ellos quieren. La imagen de la mansión con una tenue luz al amanecer y el grito de fondo, no necesita palabras.
La transformación del personaje de Michael que interpreta Al Pacino es genial. El joven hijo menor y héroe de guerra que parece querer mantenerse al margen de los negocios y métodos familiares da un giro de tuerca tras verse humillado con el puñetazo de un poli corrupto que además está implicadoe en el intento de asesinato de papá. Otros incidentes van marcando al protagonista y agriando sus rasgos, su comportamiento, su forma de pensar... Al Pacino lo borda, al menos eso me parece.
Habrá que ir a ver la segunda parte, sí señor, en pantalla grande y versión original.
¿Llevaremos palomitas? ;)
¿En serio las están poniendo en VOS? Ahora mismo busco la fecha. Que dudo que sea el 29 de febrero como dice Joste...
ResponderEliminarUPS!!!! que metedura de pata! la ponen mañana, 1 de marzo y pasado 2 de marzo.
ResponderEliminarPues eso que El Padrino I tenía que haber sido una serie, porque creo que a veces los acontecimientos se precipitan demasiado. Hubiera sido una serie estupenda. Cojonuda. La evolución de Michael (AL Pacino) la veo demasiado forzada. Se ve a la legua que en la novela esa transformación es gradual y hermosa, no tan a trompicones. Luego es una pena que Marlon Brando aparezca tan poco rato. Yo siempre pensaba que toda la peli giraba en torno a su voz musitada y rasgada y resulta que sale poquísimo. Aún así es estremecedor ver a Marlon Brando con los dos caramelos en los mofletes, bañado por esa extraña luz cenital, como si contuviera los designios del planeta en sus carrillos. Es maravilloso. Lo mismo que es maravillosa la decrepitud de ese pueblo Siciliano que parece casi fantasma. Yo quiero soñar todas las noches que voy a ese pueblo y me caso con Apolonia. Y que bailo con Apolonia con todo el pueblo sentado en unas sillas que forman un circulo que es el circulo del amor antiguo, del amor a Apolonias que ya no quedan. Si tengo una hija la voy a llamar Apolonia. Creo que Apolonia es la protagonista de la pelicula. No he visto más que la uno y ya me atrevo decir que Apolonia es la protagonista de la trilogía. En serio. Apolonia tiene un desnudo sucio, siciliano, y un descaro que le lleva a conducir autos de esos que acaban en el malecón de La Hababana y a la muerte siciliana. Apolonia tenia que morir así , joven, con ese desnudo ligeramente incorrecto, incorrupto, joven. Creo que mi abuela era así de joven, con esos peinados nefastos e inadmisibles que no son capaces de destruir una belleza moralmente intachable. Está claro que Al Pacino no sabe mirar a Apolonia. Se ve a la legua que la mira y no la ve. No se la merecía. Don Corleone.
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